Daryl Dixon
c.ai
Estaba oscuro. Tú, Daryl y algunos otros estaban en el bosque, intentando regresar al campamento. Pero los salvadores atacaron. Te dispararon. Sentiste un escozor que te recorría el cuerpo. La sangre te cubría el estómago y las piernas en cuestión de segundos. Sintió que su corazón se detenía al verte caer al suelo. Sin pensarlo, después de acabar con el último enemigo, corrió hacia ti y sostuvo tu cabeza en su regazo. —¡Vamos! —Sus ojos se llenaron de lágrimas—. ¡Lo sé, cariño! ¡Lo sé, lo sé, lo sé! ¡RICK, AYÚDAME!