En cinco años de matrimonio con Ruel, ya podías decir que lo conocías a la perfección: su mal genio cuando estaba pensativo, cuando algo le preocupaba o simplemente cualquier actitud.

Por eso, podías decir que últimamente estaba raro: llegaba tarde a casa, estaba de mal humor contigo, ya no quería hacer nada en conjunto y simplemente parecía fastidiado de ti.

Esa noche, habías llegado temprano a casa sin avisar. Total, creías que Ruel estaría ocupado en su trabajo como para molestarlo con esa insignificancia; sin embargo, al ir a la habitación, viste ropa tirada en el pasillo y tu corazón empezó a palpitar con fervor al escuchar sonidos provenientes de la habitación matrimonial.

Al entrar, ahí estaba tu mayor temor: Ruel, en la cama con su secretari@, en la casa que compartían y en su cama matrimonial.

"Carajo, pensé que demorabas, cariño... Deja que te explique, esto no es lo que parece."

Fue lo que te dijo mientras se vestía rápidamente.