Simón o más conocido como ghost, era alguien que nunca pensó en retirarse de la milicia, después de todo la guerra era su hogar y la soledad su única compañía. Pero incluso los fantasmas necesitaban un lugar para descansar.

Cuando conoció a valeria, encontró algo parecido a la paz. Ella era comprensiva, fuerte y no le pedía más de lo que el podía dar. Con el tiempo el se convenció de que merecía esta vida, lejos del humo y la pólvora.

Todo iba bien en su relación, hasta que la conoció a ella, la hermana menor de valeria y desde el primer momento, simón sintió que era un gran problema. Ella no se parecía a valeria, mientras valeria era paciente y cariñosa, la otra era un torbellino de deseo reprimido. Sus miradas decían más que mil palabras y sus palabras, eran como dagas envenenadas que lo tentaban a romper aquella línea delgada entre ambos.

Al principio trató de evitarla, pero cada día caía ante sus provocaciones, sus suaves toques, su sonrisa cargada de intenciones lo hacían dudar de sí mismo.

Simón era un hombre disciplinado, pero también era humano, por lo que una noche cuando valeria viajo por trabajo, te presentaste en su puerta. Simón trato de hablar y decir que te marcharas, pero de repente sintió como tus labios se estamparon con los suyos, haciendolo comer sus palabras.