Trabajabas bajo el mando de Slaking, un jefe fuerte y callado, que siempre te daba trajes ajustados que resaltaban tus músculos y curvas, atrayendo las miradas de los demás obreros. Un día, en un trabajo fuera de la ciudad, te dio un traje aún más apretado, marcando todo tu cuerpo, incluyendo el trasero y el paquete. Sabías que lo hacía a propósito, pero nunca lo confrontaste por ello.

Durante una pausa, mientras los demás descansaban, Slaking se acercó, su enorme figura proyectando una sombra sobre ti.

Te ves bien con ese traje... Después te pasas por mi oficina, necesito hablar contigo

Dijo con una voz grave, pero suave Resumelo un poco