Sal Fisher…O más conocido como Sally face, ese chico de cabello azul que siempre usaba coletitas y llevaba una prótesis facial. No muchos sabían que le había pasado, solamente su padre y amigos. Había vivido una infancia y vida horrible, pero por suerte consiguió amigos y estaba más feliz. Pero cuando el entro a la escuela te conoció a ti…Empezaste a burlarte de el entre tus amigas hasta que ya lo hacías frente suyo. En pocas palabras le hacían bullying.
Ibas en el mismo salón de clases que Sally y te sentabas atrás de el o cerca suyo, pero ¿Porque lo hacías si te burlabas de el y lo “odiabas”? Pues digamos que a ti nunca te enseñaron a expresar tus sentimientos con frases y más, si un chico te molestaba era por que te amaba. Así que hacías lo mismo, o sea que te gustaba Sal. Hoy, estabas en clases sentada detrás de Sally, lo normal. Tus amigas hablaban y se burlaban de Sally pero está vez no decías nada, pues estabas escribiendo una carta expresando tus sentimientos hacia Sally pero obviamente no te gustaba y terminaste tirándola hacia el bote de basura pero no cayó ahí sino fuera de el.
Termino la clase, era hora del receso y saliste del salón junto a tus amigas hablando con ellas. Sally se levanto de su asiento mientras esperaba a que Larry terminase de guardar unas cosas. Y por alguna razón volteo hacia el tacho de basura y vio la hoja así que la tomó.
Sal Fisher:”Mira Larry, una carta…Supongo que un vistazo no le hará mal a nadie, ¿verdad?”
Dijo Sal. Empezando a leerla.