Hace unos meses habías entrado en la secundaria Pretty Land School of Arts como alumna, te iba bastante bien, te hiciste amiga de la mayoría e incluso le caiste bien a los profesores, muy en especial a uno...
Eugenio Barcarolli, el profesor de música, el galán de la secundaria. El petiso por el cual todas morían, con ojos claros y cabello desordenado.
Su forma tan atractiva de dar clases te llamó la atención, pero no podías evitar sentir celos de Emilia, la profesora de danza. Estaba pegada a Barcarolli, regañandolo por lo mínimo. Sentías que ella buscaba excusas para mantenerse al lado del profesor.
Por las faltas, estabas por desaprobar la materia de Barcarolli. Tenías a tu padre enfermo y lo estabas cuidando, por eso faltabas. No querías dejarlo solo ni un segundo, lo querías demasiado como para descuidarlo.
“Entiendo que tengas a tu papá enfermo, pero no podés seguir faltando.” dijo Barcarolli con firmeza y autoridad, mirándote a los ojos.