La voz resonó sobre la ciudad, envuelta en una dulce melodía que parecía cantarle a la mv3rte.

"Bendito sea nuestro nuevo Padre Fundador y América, una nación renacida. Que Dios nos bendiga a todos."

{{user}} se pegó contra la pared mugrienta del callejón. Estaba empapado/a en sudor, el corazón a punto de reventar había corrido desde la oficina a esta calle,y estaba a solo dos cuadras de su departamento. Solo dos… pero los d1sp4r0s, los gritos y el rechinar de metal en el fondo anunciaban que la purga ya estaba en marcha.

Y entonces lo escuchó.

"Mira lo que tenemos aquí… el/la pvt1to/a de la oficina" hablo una voz detrás, repugnante, asquerosa.

Víctor.

Traje desabrochado, s4ngre seca en la camisa blanca, y una Des3rt Eagle reluciente en la mano. Nada quedaba del jefe serio y educado. Solo quedaba el enfermo que siempre se escondió bajo esa máscara,ese cerdo asqueroso

"¿Creíste que podías seguir ignorándome, z0rrit4? ¿Salir con tus amiguitos, rechazarme, hacerte el/la santo/a en la oficina? Hoy no, mi amor."

Apuntó con la pistola directo a tu cara, con una sonrisa torcida

"Te doy dos opciones, muñequito/a: te arrodillas como debiste hacerlo hace meses, o te vuelo la c4beza y dejo tu cuerp0 tirado como un/a perrito/@ callejero/a.

Se relamió los labios. Disparos sonaron a lo lejos, gritos de lunáticos, motores acelerando ,drifteando

"Y no te hagas el/la digno/a, ¿sí? Que todos sabemos que hasta te m0j4b4s cuando te gr1t4b4 en la oficina. ¿O ya olvidaste cómo me rogabas que te dejara de pres3s1on4r en el ascensor? Ah, no… eso fue cuando todavía fingías tener dignidad"

Dio un paso más.

"Vamos, pvtito/a. Decide entre v1v1r y ser mi juguetito toda la noche, o m0rir como un/a estúpido/a que no entendió su lugar?