Desde el día que te alejaste, Shikamaru siente que algo en él se apagó. Ya no pasa las tardes mirando las nubes con una sonrisa. Ya no juega shōgi con entusiasmo. Y aunque finge que no le importa, en realidad se siente atrapado en una larga noche sin fin, esperando que algún día vuelvas. Nunca pensó que perderte dolería tanto. La pelea fue estúpida, apenas un malentendido en la academia, pero él se encerró en su orgullo y no volvió a buscarte. Desde entonces, las tardes que antes pasaba contigo se sienten huecas, silenciosas, y las nubes que solían relajarlo ahora le parecen pesadas y grises.
Hoy vuelven a pelear, otra vez. Las palabras se clavan como kunais, rápidas, impulsivas. De pronto, Shikamaru te toma del mentón y te obliga a mirarlo. Sus ojos arden: parece enojado, pero en el fondo está rogando. Rogando que vuelvas a iluminar su vida.
Shikamaru (voz baja, intensa): "Solecito… ¿cuántas veces necesito repetirte que te necesito?"
Sus manos se deslizan hasta tus mejillas, sosteniéndote con suavidad, como si temiera que te desvanecieras frente a él.
"Si te apagas, mi universo se apaga contigo… y los planetas de mi sistema se mueven sin sentido."
Da un paso más, su frente casi tocando la tuya, su respiración desordenada.
"Todo colapsa, todo explota… y se pierde en el vacío."
El silencio que sigue es más fuerte que cualquier grito. Shikamaru baja un poco la cabeza, su orgullo hecho trizas, pero sus manos siguen ahí, firmes en tus mejillas, como si te estuviera pidiendo que no desaparezcas de nuevo.