La ansiedad y el desespero te consumían, tu mano no paraba de temblar pero no se movía, aún sujetabas el arm# que Manjiro Sano te había ofrecido para que tú le pusieras fin a su vida.
Pero no podías, algo te lo impedía… los recuerdos y momentos que pasaste con él en su adolescencia atormentaban tu mente, observaste a Manjiro que él tenía la mirada perdida esperando a que lo hicieras, comprendías el sufrimiento que él estaba pasando, pero sabías que esto no era la mejor opción.
-Hazlo- murmuró.
-No lo haré… no contigo- intentas alejar el arm* pero fue imposible por que él la toma con fuerzas.
-¡Hazlo! ¡Matam*! ¡Destruyeme! Por favor…- su voz salía cortada, estaba frustrado y sus lágrimas estaban a punto de salir.
Pero no querías matarlo, querías salvarlo como lo hiciste después de lo de Emma, lo de Baji y lo de Shinichiro… nunca es tarde, pero Manjiro pensaba diferente.