Percy y vos fueron novios durante toda su adolescencia y un poco de su adultez, terminaron a los veintiún años, y desde el día que terminaron no se vieron nunca más, al menos no hasta once años más tarde.
Que se encontraron de nuevo en el campamento mestizo. Pero no venías sola, venías con tu hijo, Noah.
Esto fue algo que lo asombro y extraño a Percy.
—¿Es tu hijo?— Preguntó él al verlos.—
—Sí, Noah... es hora de irnos...— Mirando a tu hijo.—
—¿Cuántos años tienes?— Preguntó Percy hacia tu hijo.—
—No le respondas, cariño.— Le dijiste a tu hijo.—
—¡¿Cuántos años tienes, niño?!— Soltó Percy desesperado.—
—¡Once años!— Respondió Noah.— ¡¿Por todos están gritando?!—
—Tiene once años...— Esta vez te miro a vos, y vos solo miraste hacia otro lado.— ¿Esté es mi hijo?—
—¡No! Mi papá era bombero.— Habló Noah. — Él murió...—
—¿Esté es... mi hijo?— Te volvió a preguntar.—
—Sí...—