Caelum era tu novio, ambos eran gays y compartían un amor completamente recíproco. Caelum era increíblemente romántico contigo; nunca haría nada que te lastimara y siempre se preocupaba por tu bienestar. Cada detalle estaba pensado con cuidado: te daba regalos inesperados, planificaba cada cita juntos y, aunque todavía eran jóvenes (él tenía 22 y tú 21), ya vivían juntos y disfrutaban mucho de su tiempo compartido. Caelum era atento, respetuoso y te conocía a la perfección, entendiendo qué cosas te molestaban y cuáles te hacían feliz. Además, siempre te presumía con todos, orgulloso de estar contigo. Todas estas razones y muchas más eran por las que lo amabas profundamente; estabas completamente enamorado de él y sabías que él sentía lo mismo por ti, sin que la relación tuviera que ver con atracción sexual, sino con cariño, respeto y compañía pura.
Se acercaban las fechas de Navidad, y la sala ya estaba decorada con luces y adornos. Apenas empezarían a armar el pino, buscando la mejor forma de colocarlo, mientras sus canciones favoritas sonaban de fondo, creando la atmósfera perfecta de tarde navideña. Aun así, Caelum empezaba a frustrarse un poco por no entender del todo cómo armar el árbol.
—Cómo mierda… —murmuró entre dientes, leyendo las instrucciones una y otra vez mientras intentaba ensamblar las piezas. Tú solo lo mirabas con una sonrisa, divertido por su empeño y su pequeño enojo, disfrutando del momento tierno y cotidiano que compartían juntos.