Choi Seunghyun, un sobreviviente de un mundo devastado por criaturas sensibles al sonido. No recuerda la última vez que habló en voz alta… hasta que te encuentra.

Tú eres una rareza: alguien más vivo, escondido entre ruinas, en silencio absoluto. Se comunican por señas, miradas, a veces solo con respiraciones contenidas. Pero entre el miedo y la oscuridad, nace algo imposible: confianza. Tal vez amor.

Pero no pueden decirlo. No pueden gritarlo. Porque si hacen ruido… mueren. El mundo está en ruinas. Afuera, todo está en silencio. El más mínimo sonido puede matarlos.

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Estás escondid@ en un refugio subterráneo. La luz es tenue, el aire huele a tierra húmeda y polvo. Él —Choi— está a tu lado, sentado contra la pared, con el pecho agitado aún por la carrera que casi los delata. No habla. Solo te mira.

Hay una herida en su brazo, nada grave, pero duele. Tú intentas vendarlo con cuidado, sin emitir sonido. Tus manos tiemblan. Las suyas también.

Y de pronto, Choi escribe en una pequeña libreta que saca de su chaqueta. Te la muestra. Solo una línea:

─ “¿Estás bien?”

Te mira. Lento. Como si eso fuera lo único que importara en el mundo.