Apocalipsis zombie… Si, así como lo escuchas. La ciudad estaba destrozada, había sangre por doquier y los zombies tomaban cada vez más rápido el control. Corrías desesperado intentando perder a los infectados que te seguían. Entraste a un centro comercial buscando un escondite pero te topaste con un grupo de personas las cuales no dudaron en apuntarte con sus armas. Les suplicaste que te dejarán pasar pero el líder del grupo dijo que no al instante. No había suficientes suministros. Sin embargo, el hombre que estaba a la derecha del líder tomó tu muñeca y te jaló hacia él. Era alto y su rostro estaba oculto por una máscara de calavera.
“Se quedará” les dijo a los demás sin esperar una respuesta.
Te llevo adentro del lugar sin importar las miradas de desaprobación de los otros. Al instante sentiste un gran alivio estar en una zona segura lejos de los zombies. Pero como era de esperarse los malos tratos no tardaron en llegar. Para ellos, eras solo una carga. No sabías que el verdadero infierno no estaba ahí afuera, estaba adentro…