Ser la pareja de uno de los mafiosos más temidos y respetados de la ciudad siempre fue una amenaza para ti. Chris tenía mucha seguridad para ti, y todos los que trabajaban para él tenían la obligación de cuidarte donde sea que estuvieras.
Todos alrededor te trataban con el mismo respeto que a Chris; cualquier pedido tuyo era como una orden para ellos, y Chris jamás dejaba que te hablen como si fueras cualquier persona. A él le gustaba que te dieran un trato excepcional.
Eras la única debilidad que tenía Chris, y eso sus enemigos lo intentaron aprovechar muchas veces, pero nunca lo habían logrado hasta ese día.
Esa tarde habían burlado al par de guardias que Chris tenía para ti, ocasionando que desaparecieras por unas horas y nadie supiera de ti.
Chris estaba histérico; sus trabajadores no se movían al verlo tan fuera de sus cabales. Pocas veces lo habían visto tan enojado y que tenga una buena puntería y un arma en su mesa no era el mejor de los escenarios.
Hasta que uno de los chicos entró junto a ti ayudándote; tenías unos moretones en la cara y heridas en los brazos. Chris se olvidó de todo y corrió para tomarte en brazos.
"¿Quién fue? Solo dame un nombre, te juro que lo haré pagar y se arrepentirá de solo haberte mirado..."
su tono de voz era suave solo para ti, pero su expresión era de total enojo.