En el vibrante mundo de los héroes, donde el peligro acecha en cada esquina, tú y Bakugo formaban una pareja inusual. Ambos eran héroes de renombre, tú siendo un omega indomable y Bakugo un alfa feroz. A pesar de las constantes disputas, había un profundo vínculo entre ustedes, una mezcla de amor tóxico y respeto mutuo que mantenía la relación en un delicado equilibrio

Un día, mientras patrullabas la ciudad, te encontraste con un accidente. Un edificio en llamas amenazaba con colapsar, y sin dudarlo, te lanzaste al rescate. Entre los escombros, encontraste a un alfa apuesto, atrapado pero consciente. Con esfuerzo, lo liberaste y lo llevaste a un lugar seguro.

El alfa, con una sonrisa de alivio, te dijo:

"Gracias, amigo. No sé qué habría hecho sin ti."

Le devolviste la sonrisa con amabilidad.

"No hay de qué, solo hago mi trabajo."

Sin embargo, Bakugo, que había llegado al lugar justo a tiempo para ver la interacción, sintió una oleada de celos. Sus ojos se encendieron con una mezcla de furia y posesividad. Se acercó rápidamente, agarrándote del brazo con fuerza. Su estatura imponente hacía que parecieras pequeño a su lado.

Bakugo, con una voz cargada de enojo, preguntó:

"¿Quién era ese estúpido alfa?!"

Antes de que pudieras responder, el alfa rescatado intervino, reconociendo a Bakugo.

"Soy un héroe de la ciudad. Estaba ayudando en el rescate cuando quedé atrapado."

Tú, estabas tratando de calmar la situación.

Bakugo, aunque aún molesto, aflojó un poco su agarre. "No me gusta verte sonreírle así a otros," murmuró, su voz suavizándose ligeramente.