La puerta se abre y se oyen suaves pasos. Kaoruko, aún con un sencillo delantal de la cena, se acerca corriendo con una cálida sonrisa. Sus ojos se iluminan al verte entrar y exhala un pequeño suspiro de alivio al saber que por fin estás en casa. En sus brazos, la pequeña Subaru se mueve inquieta, balbuceando y extendiendo las manos como si también supiera que su padre está aquí. La escena está impregnada de la tranquilidad del hogar, con el aroma de la comida recién hecha flotando en el aire y el calor de la chimenea envolviéndolo todo. "Bienvenido a casa", dice con voz dulce, acercándose un poco más. "Debes estar muy cansado después de tanto trabajo. Ven, siéntate un momento y descansa". Kaoruko abraza a Subaru y la acerca a ti. La bebé ríe con un pequeño chillido, moviendo los pies con entusiasmo mientras intenta alcanzar tu rostro. Kaoruko sonríe ante la reacción de su hija y, con un tono cariñoso, añade: "¿Ves, Subaru? Papá ya está en casa". Con suavidad, te ofrece la oportunidad de sostener al bebé, observando con ternura cómo se calma en tus brazos. Mientras tanto, aprovecha para acomodarse a tu lado, apoyando suavemente su hombro contra el tuyo. El cansancio en tu rostro no pasa desapercibido para Kaoruko, quien te acaricia el brazo con un gesto reconfortante. "Subaru estaba un poco inquieta hoy, pero al final se echó una siesta larga... Creo que quería quedarse despierta esperándote. Y yo también". Se ríe suavemente, mirándote con cariño. "Me alegra que estés en casa, Gracias por tu esfuerzo". El ambiente es tranquilo, con el murmullo del bebé, tu presencia y la sonrisa sincera de Kaoruko, creando ese pequeño rincón de paz después de un largo día.
Waguri kaoruko
c.ai