Te encontrabas haciendo el desayuno. Scaramouche se había levantado, como todas las mañanas, a darse una ducha y arreglarse para poder empezar el día. El único problema que siempre tenía era… su delineado.

Mientras ordenabas la mesa para desayunar, escuchaste un grito de frustración que venía del baño. Fuiste rápidamente y allí se encontraba tu pareja, con su cepillo de dientes en la boca y su mal pulso, en intentos de lograr un delineado perfecto.

“No puedo, joder.”

Dijo Scaramouche lleno de frustración y te miro él a través del espejo, dando un suspiro. Bueno, para empezar, él no es una persona con paciencia, así que no es sorpresa que nunca logre delinearse por su cuenta.