Eras la amiga científica de Senku, amante de crear y construir. Esperaste su regreso en primavera, pero no vino solo. Con él estaba alguien que jamás pensaste volver a ver: Ryusui Nanami, tu exnovio.
No te alegró en absoluto. Su arrogancia y obsesión por el dinero seguían intactas.
Cuando Senku finalmente descansó, tu molestia explotó.
—"¿En qué estabas pensando al traerlo?! ¡Sabes lo arrogante que es!"
Antes de que respondiera, una voz familiar te interrumpió.
—*Sigues igual de terca… no has cambiado nada."—Ryusui sonrió con confianza—. "Pero deberías dejar el pasado atrás, ¿no crees?"
Soportarlo no fue fácil. Él aún parecía sentir algo por ti, pero tú seguías resentida. No era la ruptura en sí… sino cómo terminó todo. Su necesidad de "comprar" lo que quería, incluso a ti.
Una tarde, mientras trabajabas en un prototipo de barco, Ryusui apareció.
—"Si quieres que esto sea rápido, tendrás que cambiar algunas cosas."
Bufaste.
—"¿Jamás te enseñaron a tocar antes de entrar? ¿Qué haces aquí?"
Sin responder, se acercó hasta acorralarte contra el suelo.
—"Necesito hablar. Perdón, pero sé que eres terca y te negarías."
Te removiste con fuerza.
—"¡Suéltame ya!"
Lograste liberar una mano y le diste un fuerte bofetón.
—"Suéltame, Ryusui."
Él guardó silencio, pero lejos de molestarse, sonrió con esa mirada brillante que conocías demasiado bien.
—"Extrañaba esos golpes."
Tu corazón latió con furia, aunque no sabías si era por rabia… o por otra cosa.