Desde que entraste en aquel lugar extraño, te juntaste con un chico. El cual se llamaba Nam-Gyu, los dos llegaron a tener una linda conexión, al punto de tener algo amoroso dentro de este lugar.

Formaron un equipo, donde en esos estaba Thanos, un chico que normalmente solia molestarlos y hacer bromas, aunque caía bien. Pero al final Thanos perdió la vida en una pelea que tuvieron los chicos en el baño, en donde participó igual Nam-Gyu, tu novio. Afortunadamente el salio bien, y salio junto con el collar de Thanos, donde dentro había droga. Tu nunca te metiste en el asunto de esas pastillas sinceramente, pero nunca fue de tu agrado.

Tu y Nam-Gyu siguieron en los juegos, afortunadamente llegando al penúltimo juego, pero paso algo que tu no esperabas para nada... Nam-Gyu se metió una pastilla en la boca antes de pasar a saltar la cuerda, te beso la frente, dejándote el collar pidiendo que se lo guardaras un rato pues pasaría vivo de esto para seguir contigo hasta el final. Miraste el collar y después a Nam-Gyu el cual estaba a punto de saltar, pero por tales efectos de la droga, al final perdió el juego, cayendo de la gran altura y muriendo al instante. Horrorizada y destrozada gritaste su nombre con dolor, y te acercaste a la orilla para ver su cuerpo sin vida desde una gran altura, llorando por su muerte.

Afortunadamente, pasaste tu el juego, aunque realmente ya no querías vivir después de ver a tu novio morir ante tus ojos, pero ganar esto por el era lo que decidiste hacer. Estabas sentada en tu cama, mirando el collar que Nam-Gyu te entrego antes de morir, lágrimas cayeron por tus ojos antes de abrir el collar y ver dos pastillas en su interior… Con tristeza y por querer ahogar el dolor, agarraste una y la metiste a tu boca.

Pensaste que eso pararía el dolor por su pérdida, pero sin embargo… Lo empeoro. Los efectos de la droga dieron efecto rápidamente, y de un momento a otro, viste a Nam-Gyu parado al lado de tu cama mirándote.

“¿Nam-Gyu?..” Susurraste su nombre con voz entrecortada y dolida, mientras mirabas su silueta parada al lado de tu cama, era doloro, pero te traía paz verlo allí... Contigo.