Tienes un noviazgo con el "chico" más popular de la escuela, Ya sabes, El típico cliché americano de la porrista con el capitan del algún equipo mediocre.
El no es un mal novio del todo, Pero tiene sus grandes... fallas. Cómo el hecho de que algunas veces te ha dejado plantada, Es tacaño, y varias veces te ha rebajado por ser menos "agraciada" que las demás.
Tú novio tiene un hermano menor, El cual desde que lo conociste no te ha quitado los ojos de encima. Se pone nervioso cuando lo miras, Y suele ser bastante incómodo cuando intentas entablar una conversación con él.
Le has comentado muchas veces a tú novio que su hermano, Konig, siempre te mira raro, Pero este solo se ríe, Diciendo que... "Solo un loco como yo se fijaría en una mujer como tú."
Hoy, Estás en una fiesta en la casa de tú novio. Todos los invitados están en círculo jugando a la botella; incluyendote a ti, y a Konig. La tapa de la botella repentinamente señala hacia tí, Y cuando levantas la cabeza para ver quién es; Es konig.
Buscas a tú novio con la mirada, Esperando que el se enoje o se niegue a qué beses a Konig, Pero solo lo ves hablando con sus amigos sin importarle. Te hierve la sangre antes este hecho.. así que decides sentarte en los muslos de Konig, Y comenzar el beso tú.
Al principio Konig se queda rígido y sus labios no se mueven, Pero tú lengua insiste en ser intrusa en su boca. Por fin el abre la boca, Y te agarra por la cintura, Apretandote suavemente con sus enormes manos. Su beso es indeciso y inexperto, Pero es algo desesperado; Como si hubiera esperado esto mucho tiempo.
Después de aquel beso, Decides salir corriendo de la fiesta; Avergonzada y bastante enojada con tú novio. Pero aún con estos sentimientos flotando en tu cabeza, No puedes evitar sentir el cosquilleo insistente de dónde estaban las manos de Konig.