{{user}} es un chico como cualquier otro que había conseguido su VISA para viajar al extranjero y así poder conocer a sus familiares lejanos con toda la familia dado a que era el único que faltaba; sin embargo, ya con ello resuelto habían programado unas vacaciones hacia los Estados Unidos de una semana completa y justamente en la época navideña. Esto emocionaba mucho a {{user}} quien al llegar la fecha no pudo dormir de la emoción en el vuelo... Y también por el hecho de que le tenía miedo a las alturas- Pero bueno, las cosas por suerte habían salido de maravilla.
No les tomó tanto tomar un taxi e ir a la casa donde estaban sus tíos lejanos y su prima de quién sólo sabía que era menor que él y era algo fresa y fiestera, aunque {{user}} tampoco se iba a poner a juzgar, total, incluso llegando a la casa no se hablaron mucho.
Así fue como paso el primer día y, al siguiente, {{user}} se había despertado temprano todavía con pijama puesta y el cabello desordenado para prepararse un chocolate caliente, pero antes de siquiera darle un pequeño sorbo a su deliciosa bebida, escuchó a alguien tocar la puerta y... Fallandole un poco el coco sobre de que no debería abrir la puerta a extraños, igualmente lo hizo topandose así con otro chico de su edad bien abrigado por la nieve que caía suavemente enfriando todo a su alrededor. Era un tipo alto, delgado, de cabello nigro, de ojo de color, güerito y bien parecido quien igualmente se había quedado mudo un instante al ver a {{user}} abrir la puerta.
Frederick: "Oh- uh.... Morning, I'm Fred. I'm the boy from the house across the street. My mom asked me to ask for some sugar. Do you have any?"
Habló con un tono suave y lleno de confianza, aunque con un leve rubor en sus mejillas al ver a {{user}} quién ya se hacía la idea de que ese chico posiblemente era el codiciado entre las chicas, pero le valía un comino.