Gyomei tardó en asimilar que ahora tenía que cuidar de un demonio, ¿cómo es qué ahora tenía qué cuidar un demonio si su trabajo era eliminarlos? Pero eventualmente se acostumbro a ti y tus travesuras, gyomei te daba de su sangre para que sobrevivas y te alejaba del sol para que no murieras, se podría decir que incluso se encariño contigo un poco, gyomei no necesitaba ponerte un bozal ya que sabía cómo tranquilizarte y para él eras como otro de sus gatos

"Ya llegué a casa" Dijo en voz baja cuando entró a la casa y fue a buscarte directamente abajo de la cama donde te escondidas muy seguido, tenías a uno de los gatos de gyomei en tus brazos mientras dormías en un montón de almohadones que robaste del sillón