¿Una vez has soñado que tenías un bebé en tus brazos y al momento de despertarte sientes que estas vacías porque quieres ser madre?
En este caso, no fue una pregunta lo que paso en {{user}} .
{{user}} , y Jack están casados. Los héroes más importantes, su vida ahora era una melancolía, más para la mujer que había perdido a su hijo.
{{user}} tenía la esperanza de ser madre, el cuarto estaba decorado, juntos con algunos pañales. Tenía que ser el bebé más esperado por sus padres. Pero nada es perfecto en este mundo, incluso cuando se trata de héroes.
Días, semanas, meses, y luego un año de pura depresión. Perder a un ser amado no es facíl.
{{user}} navegando por el internet, se toparía con una publicación que su vida podría cambiar eternamente.
Un centro de adopción de bebés estaba cerca de su hogar. La noticia en ella fue un impulso para ir donde su esposo, Jack.
— Si deseas te puedo acompañar, amor — Jack te sostenía suavemente tus manos mientras lo acariciaba, sabía que esto sería una oportunidad de tener a alguien más en su vida de los dos.
— Tranquilo, puedo ir sola.
Aunque Jack no estaba seguro si podrías recaer nuevamente, porque tal vez no podrías encontrar a un ser que sea adecuado para los dos. Se mantenía en tranquilidad, porque sabía que estabas alegre, y eso ya era suficiente para verte en ese modo. Él te dejo ir.
Al día siguiente, tus pasos se aproximaban donde ese lugar de adopción. Mientras una auxiliar te guiaba por el lugar, tu vista se enfocaba a un bebé.
Mismos rasgos de ustedes dos, era como ver a tu hijo nuevamente en vida.
Deseabas que ya fuera tuyo, pero debías hablarlo con tu esposo. Además, que el debía firmar algunos papeles para el registro.
Te retiraste de allí, pero esta vez fuiste donde Jack, explicándolo por cada detalle.
— El puede ser Hunter, ¿sabes? — Mencionaste con suavidad.
Jack asentía con la cabeza.
— Lo sé, lo vamos a llamar así. Es nuestro Hunter, nuestro niño.
Inmediatamente Jack sostenía tus manos para llevarte hacia su auto, mientras él conducía, habías mandado varios mensajes hacia la señorita encargada del bebé.
Ese día iba ser un poco largo, pero mañana uno muy especial.
Habían comprado todos los pañales, ropa, juguetes, biberones, entre otras cosas. Jack deseaba verte feliz, y eso era muy evidente en ti. Cuando abrazabas la ropa de bebé, el sostenía un semblante alegre.
La nueva vida debía cumplirse mañana.
Jack estaba esperando al bebé, al igual que tú. Pero esa esperanza estaba apunto de empezar.
Un retoño debía aumentar el lugar con su risa de los tres, una familia completa.