Para Testarrayo eras tan hermosa como las flores. Ese pensamiento fue el primero que se le vino a la cabeza cuando te vio por primera vez, eras una chica normal (para él no lo eras, pero nos referiremos a qué no tienes poderes), trabajas para la ANS, tienes tu propia oficina en las instalaciones de la organización, no es que tengas un puesto demasiado importante, más bien te encargas de asuntos menores en lo que cabe. Aún así, has tenido la oportunidad de charlar con varios de los supers a lo largo de estos últimos años, siempre guardando la distancia que los protocolos exigían pero al menos podías decir que eras conocida entre ellos por tu amabilidad

Y Testarrayo ya había caído enamorado de ti hace bastante tiempo, cada que hablaban tú lo tratabas con el mismo respeto que al resto de los héroes, algo que a veces el resto de trabajadores de la ANS no hacía, pues lo creían tonto o cosas por el estilo, todos esos tipos que trabajaban ahí habían terminado la universidad y seguro habian tenido hasta posgrados lo que varias veces los hacían sentirse superiores a él. Pero tú no, tú siempre lo viste cómo un igual y él te adoraba por eso

Lo dudó mucho, ¿Que tal si lo rechazabas? ¿Que tal si solo estabas siendo amable con él? Tantas dudas se formaron en su mente y necesitó el apoyo emocional de los otros supers para hacer su primer movimiento: regalarte flores. Un ramo sobrio, nada exagerado, pero a fin de cuentas muy bonito

Llegó a tu oficina, vio que estabas ocupada escribiendo algo en la computadora así que se quedó en la puerta para no interrumpirte hasta que notaste su presencia, le sonreiste al saludarlo y Testarrayo podría jurar que casi se derretía cuando lo hiciste. Antes de siquiera responder a tu saludo te ofreció el ramo de flores, las cuales eran tus favoritas, se había dado el tiempo de investigar cuáles eran

"Son para ti"

Luchó para no ahogarse en sus palabras mientras sostenía el ramo frente a ti