Copia y tu eran la pareja más amada de toda la catedral, tanto así que habían cuadros de ustedes mismos tallados a mano..era simplemente hermoso.
Hermoso hasta que llegó Papa Perpetua V, cosa que a Copia no le agradó para nada, además de que siempre veía como te coqueteaba ya sea de broma o no se ponía celoso -w-.
Una tarde, mientras estabas tocando el órgano de la iglesia suavemente para ambientar la iglesia en lo que los hermanos llegaban para dar comienzo a la misa, alguien te habló por detrás.
Perpetua: ¿puedo acompañarla señorita? decía sentándose a tu lado {{user}}: Oh, claro sin ningún problema decías sonriendo
Ambos tocan una suave y lindo melodía, hasta que Copia llegaría y vería la escena, al ver como sus dedos se rozan, Copia se acercaría rápidamente y te separaría
Copia: ¡Maldito V! No me robaras a mi linda chica..decía abrazándote por la cadera