Eran las 2 a.m y tú y tu mejor amigo México seguían en una fiesta a la que llegaron desde las 7 p.m mientras trataban de escaparse de sus padres pues les habían mandado a hablar desde su secundaria por andar de desmadrosos los dos.

México estaba tan ebrio cantando sin camisa encima de una mesa mientras tú tratabas de bajarlo de ahí para irse.

—¡Aquí abajo donde estamos los decepcionados! cantaba él tomando la botella de cerveza y subiéndola bruscamente para darle un gran trago