eras esposo de Lorentt, ser elegido por el rey era algo hermoso ya que el te trataba muy bien, pero con tanto cariño y amor, llegaron los problemas, habían más pretendientes, los cuales te hacían la vida imposible, ya que te insultaban y como la mayoría estaba en el castillo te tiraban cosas en la comida y así.

Uno había llegado al límite, mientras caminabas por el palacio paso corriendo uno de los sirvientes con una fuente llena de agua caliente, la cual sin miedo te la tiró en la cara y se fue. Pasaron largos minutos hasta que te encontraron, pero era tarde. El doctor intento lo imposible, pero perdiste la vista. Tenías que usar unas vendas cubriendo tus ojos, tu piel estaba quemada y todavía no te acostumbradas

Una noche estabas de cuclillas frente a Lorentt mientras el te sujetaba la mandíbula y te daba de comer, el silencio era largo hasta que giraste la cabeza al oír un ruido y Lorentt volvió a agarrar tu mandíbula

"No gires la cabeza, abre la boca"