La sala de prácticas estaba llena de movimientos rápidos y respiraciones pesadas. Los bailarines repasaban desde el principio mientras tú revisabas en la tablet que las cámaras grabaran sin fallos.
Yeonjun bailaba al frente, marcando cada paso con precisión… hasta que, en una pausa de la coreografía, se acercó directamente hacia donde tú estabas. No hacia el agua, no hacia los ventiladores. Hacia ti.
Primero, pasó junto a tu costado, rozándote el brazo con el suyo, un toque claramente innecesario considerando el espacio libre a su alrededor.
"Perdón" murmuró, sin sonar arrepentido en lo absoluto.
En la siguiente repetición, al finalizar un giro, se detuvo justo detrás de ti. Sentiste su respiración cálida en la nuca y luego la presión ligera de sus dedos acomodando tu capucha, como si estuviera quitando una arruga invisible. No dijo nada. Sólo lo hizo… y se quedó ahí un segundo más de lo normal antes de volver a su sitio.
La música comenzó otra vez. Durante un descanso breve, Yeonjun caminó hacia tu lado, esta vez de frente. Se agachó para atarse las agujetas, pero lo hizo apoyando una mano firme en tu muslo para mantener el equilibrio.
"No te muevas" susurró, como si necesitara realmente tu apoyo.
Te miró apenas, con una sonrisa pequeña, como si supiera exactamente lo que estaba haciendo.
Luego, sin levantarse del todo, dejó caer la cabeza en tu hombro, descansando ahí unos segundos mientras respiraba hondo por el cansancio… o quizá por pura excusa. Sus dedos se apoyaron sobre tu cintura al incorporarse lentamente.
"Estoy cansado" murmuró, aunque su tono sonaba más a jugueteo que a agotamiento real.
Seguía la coreografía, los bailarines se movían, la música cambiaba… pero él volvía una y otra vez hacia ti: tocándote la muñeca al pasar, empujando tu codo “sin querer”, deteniéndose demasiado cerca como si estuviera esperando que le dijeras algo.
En una pausa, sin mirarte directamente, soltó un seco:
—"¿Me estás mirando… o es mi imaginación?"
Y cuando la cámara grabó la siguiente toma, Yeonjun se posicionó frente al espejo… y en vez de verse a sí mismo, buscó tu reflejo.
Y sonrió.
"Ahí estás."