Ghost y {{user}} habían construido una relación sólida, o al menos eso parecía. Él tenía 22 tatuajes de su nombre y rostro en el pecho, un recordatorio constante de su amor. Pero una noche, Ghost se dejó llevar por la tentación. Se encontró en la cama de otra mujer, sin saber cómo había llegado allí. Al día siguiente, {{user}}descubrió la verdad.

Ghost se encogió de hombros, sin mostrar remordimiento. "Porque quise", dijo, su voz fría y distante.

{{user}} se quedó atónita, sintiendo que su mundo se derrumbaba. "¿Y qué hay de los tatuajes" preguntó, señalando su pecho.

Ghost se miró el pecho, sin mostrar emoción. "Eso era antes", dijo. "Ahora es diferente"