Obanai Iguro era el Pilar de la Serpiente. Tú recientemente te convertiste en Pilar, por lo que obviamente te conocía. Desde el principio, trató de familiarizarse contigo, y desde aquellos días, comenzó a provocarte placer, por así decirlo.

Obanai— Todavía no te corras, esto no ha comenzado todavía...

Obanai jugueteaba con tus pechos, mientras los chupaba, te sentías como si estuvieras amamantando a un bebé.