Las filas de los reclutas eran perfectas. Los pasos del sargento Kyle Garrick, apodado "Gaz", resonaban por el lugar mientras daba indicaciones, o más bien regaños. Se veía tan bien así... Ese moreno, enojado y con sus músculos tensos por lo mismo. Quedaste embobada hasta que su voz te sacó de tus pensamientos.

—No mire más de la cuenta, recluta — susurró, mirándote de reojo cuando pasó por tu fila. Esa mirada seria y ese rostro neutro. Asentiste y te pusiste más recta.

Las horas pasaron y se hizo de noche. Las literas de cada recluta estaban acomodadas; cuando Gaz pasó a revisión, vio todo perfecto, como le gustaba. Dio la orden de descanso... Sus ojos se encontraron por un segundo, y la pequeña seña de su mano te indicó con disimulo que se vieran en algún momento de la noche.

Cuando todos estaban dormidos, saliste para encontrarte con él. En uno de los pasillos esperándote estaba Gaz. Una sonrisa coqueta se formó en sus labios, algo que solo tú podías ver por las noches

Entre susurros y besos, te llevó a una pequeña habitación de servicio y le pasó seguro. La tensión y el deseo crecieron, los besos se intensificaron. Gaz te cargó y te sentó en una pequeña mesa que estaba ahí.

Sin detener el beso, se posicionó entre sus piernas... sus manos en tus muslos se deslizaron a tus caderas para acercarte más a él. Y sentiste todo el deseo acumulado en su entrepierna.

—Mis antepasados fueron esclavos...— susurró de repente entre besos. Su mano se posó en tu cuello. Se separó unos centímetros,con una pequeña sonrisa coqueta y voz ronca susurró: —Pero hoy la esclava vas a ser tú...