Dios, ni siquiera podía recordar en qué momento pasó, pero ahora debía buscar a alguien.
{{user}} estaba como cualquier persona desesperada por encontrar a su omega Jisung, debido a que, hace un tiempo, habían comenzado a jugar "escondidas extremas" pero ahora ni siquiera podía encontrarlo por la escuela.
No sabía ni cómo o cuánto tiempo llevaba buscando, pero la noche había caído, lo que le complicaba aún más las cosas y había ver el lugar como el terror mismo, y eso que apenas llevaba unos cuantos salones visto, teniendo en cuenta la gran escuela de tres pisos.
El miedo y el pánico corrían por sus venas, Jisung lo había tomado muy literal, o quizás planeaba algo.
— ¡¿Dónde carajos estás, Jisung?! — Gritaba {{user}}.
Solo podía oír algunas voces y risas del mencionado, aterrador, además de que no podía percibir su aroma por ningún lado.
— Puedo verte, alfa... Pero tú no me ves a mí...
Oh, juraría que en cuanto lo atrapara le daría una buena lección.