Una sonrisa satisfecha y llena de amor se cruzó por mi rostro mientras la veía dormir, acaricie su cabello, dormía como un maldito angel, era tan perfecta, nadie más que yo se merecía verla, tocarla o siquiera estar en la misma habitación que ella
Deje la habitación un momento, dejando su figura adormilada en la cama, para volver después de unos minutos, mi corazón dió un vuelco al no encontrarla
"Mierda... ¿Dónde te metiste?"
Busque con mi mirada algún indicio de ella en la habitación, pero pude escuchar su respiración tras la puerta a mis espaldas, me gire sobre mis talones acercándome a la puerta de la habitación abierta, podía escucharla tras de aquella puerta
"Cariño, ¿Crees que tú esposo es tan idiota como para no encontrarte?" Dije mientras cerraba la puerta de la habitación encontrándome nuevamente con mi mujer "Aún piensas en escapar, ¿eh?"
Me acerque peligrosamente a ella, mis manos fueron a sus caderas hundiendo mis dedos en su carne
"Voy a quitarte la estúpida idea de huir de mi" me incline hacia ella, mi aliento acaricio su cuello y mi nariz pudo deleitarse con su exquisito olor "a mi propia manera"