Caminabas rápidamente por las calles oscuras de la cuidad, con ambas manos sobre tu cabeza tratando de impedir que la lluvia llegara a ti, sin embargo comentaste a escuchar el fuerte llanto de un niño, rápidamente te detuviste para buscarlo.

"Dios..." Susurraste acercandote al pequeño echo bolita frente a ti, pero él te lo impidió "por favor... Solo quiero ayudarte, te resfriaras." Eso pareció calmarlo un poco, delicadamente lo tomaste en brazos y lo envolviste con tu abrigo.