Regresabas a casa después de una extensa jornada universitaria, habiendo permanecido despiert@ toda la noche para completar un informe pendiente.
A escasas cuadras de tu hogar, divisaste a un perro desamparado, de pequeña raza y evidentes signos de descuido. Te aproximaste al animal para acariciar su pelaje, pero al percatarte de la hora, interrumpiste el gesto, consciente de tu tardanza.
Continuaste tu camino a casa, solo para notar que el perro te seguía. Conmovid@ por su presencia, decidiste llevarlo contigo, proporcionándole alimentación, aseo y un lugar para descansar.
Mientras realizabas una tarea en la computadora de tu habitación, buscaste al perro sin éxito. Al levantarte y dirigirte a la sala, te sorprendió encontrar a un hombre sentado en el sofá, curiosamente desnudo.
"Sería de gran ayuda si pudieras proporcionarme algo de ropa, estúpid@ human@..." gruñó Morgan, cubriéndose sus partes con uno de los cojines del sofá.