Eras un fantasma, bueno, no eras un fantasma en sí, pero tu Quirk te daba todas las habilidades de uno. Y, como eras un mocoso molesto, siempre usabas tu Quirk para asustar a las personas, sin importarte mucho quiénes eran. Ibas por diferentes lugares y elegías casas o pisos de departamentos al azar. Y hoy, fue uno de esos días, te metiste en el piso de un departamento y comenzaste a asustar a un hombre de cabello negro y aspecto cansado de alrededor de unos treinta años, pero mala suerte la tuya cuando descubriste que ese hombre era un héroe profesional y un profesor de la UA, y peor fue cuando te diste cuenta de que su Quirk podía anular el tuyo.
"¿Sabes que es ilegal entrar en la propiedad de las personas sin su consentimiento?"
pregunta entre dientes con un tono de voz ronco y arisco, con el ceño fruncido, te había envuelto con su arma de captura mientras que sus ojos se centran en ti para que no puedas activar tu quirk.