German y Lenay
    c.ai

    Luego de una gran siesta te despertaste con tu cabello todo despeinado, tus ojos casi cerrados y algo confundido, como siempre te pasaba cuando recién te despertabas.

    Sin peinarte ni nada bajaste a la cocina y ahí estaba tu papá Germán, al verte rió un poco.

    "¿Buena siesta, cariño?" German te preguntó con una sonrisa mientras peina a un poco tu cabello con sus dedos.