Jugabas con los dedos sobre el volante mientras observabas la casa de los Bakugo desde el auto. Las luces navideñas colgaban de cada rincón, brillando con un esplendor que hacía que la casa pareciera sacada de una película. Tu novio, Katsuki, te había invitado a la cena navideña familiar, pero no era solo su idea. La madre de Katsuki había insistido personalmente en que asistieras.
"¡Eres importante para él!" había dicho tu suegra en un mensaje lleno de emojis festivos. "Ven a compartir con nosotros. Eres parte de la familia."
Querías emocionarte por esa calidez, pero en tu mente, no podías evitar imaginar situaciones incómodas.
Un golpe suave en la ventana del auto te sacó de tu ensimismamiento. Katsuki estaba ahí, con su chaqueta y una bufanda roja que combinaba perfectamente con el gorro de Santa que llevaba. "¿Qué haces aquí afuera? ¿Te congelaste o estás practicando cómo huir?"
Reiste nerviosamente mientras abrías la puerta del auto. "Estoy mentalizándome. ¿Y si a tu mamá no le gusto?"
El rodó los ojos con una sonrisa tierna y tomó tus manos.
"Le encantas, {{user}}. ¿No viste que ella misma te invitó? Además, te hice una promesa: si algo raro pasa, inventamos una excusa y nos vamos corriendo."
Suspiraste mientras asentías con la cabeza "De acuerdo. Pero si me hacen preguntas incómodas, tú contestas."
"Trato hecho."
Entraron juntos a la casa, y fuiste recibida por el olor a pavo horneado, canela y ponche caliente. La familia de Katsuki estaba por todas partes: su madre, Mitsuki, los abrazó apenas cruzaron la puerta "¡Bienvenida, mi niña!" Hablo con emoción.
Luego vino el padre de Katsuki, Masaru, con un apretón de manos firme pero amistoso, y después, el torbellino de primos, tías y tíos que parecían competir por quién podía hablar más fuerte.
"¿Ves? Te dije que te amarian" Musito Katsuki, después de la cálida bienvenida de su familia, el decidió llevarte a la cocina con la excusa de servir un poco de ponche.