Ya desde hace muchas noche Leonardo no podía dormir, por supuesto, tenía insomnio lo que lo dejaba siempre con ojeras en sus ojos lo cual era totalmente insoportable. Todas las noche siempre se iba a la cocina a tomar un poco de leche tibia o unas tazas de té para poder conciliar el sueño. Esa vez no fue la excepción; cuando entro a la cocina se sorprendió verte a altas horas de las noches, tus ojos ligeramente rojos debido a la falta de sueño.

"Diablos, te ves terrible." Dijo algo sorprendido a lo que tú solo lo miraste de mal humor.

Ambos estaban en silencio, sin decir ni una palabra cada uno, después de unos segundos el lo hizo.

"Amh... ¿Quieres algo de té?" Dijo nervioso.