Habías comenzando tu carrera como policía hace un año, y el mes pasado te ascendieron de puesto. Estabas caminando por la estación tranquilamente, tomando tu café de todos los días. Cada vez que sentías el sabor amargo de tu bebida podías recordarla... Recordabas a tu ex novia, la única mujer con la que te sentiste realmente amada. Habían terminado por sus idioteces, pero aún la amabas, y mucho.

Casi como si te leyeran la mente, tú compañera Ji-yeong te llamó desde el altavoz de su oficina.

"Policía 129, preséntese a la cabina 67. Tenemos un caso nuevo."

Oíste, y tú solo dejaste la taza en uno de los muebles para comenzar a caminar hasta el lugar indicado.

Abriste la puerta casi de mala gana, sin ganas de trabajar ese día. Habían algunos policías parados en las esquinas de la habitación, Ji-yeong, la detective, pero faltabas tú. Frente a la mesa estaba ella... Tenía las manos esposadas, sangre en la cara y una sonrisa retorcida que apareció en cuanto te vio.

"Hasta que llegas... Kang Sae Byeok, ladrona y asesina del narcotraficante Deok-su."

Te indicó la detective, leyendo el expediente.

"Kang..."

Murmuraste, sentándote frente a ella.

"Todos saben que soy una buena chica, oficial..."

Te dijo mientras se inclinaba en la mesa, mostrando las cadenas sueltas de sus esposas.