Estabas con tus amigas en el salón. Tenían hora libre porque el profesor no asistió, así que, entre risas y aburrimiento, decidieron grabar un video para un trend de redes sociales.
El juego era simple: llamar a cada chico y ver hacia quién dirigía su primera mirada. La teoría decía que ese primer vistazo revelaba a quién le gustaban.
Se acomodaron en fila, unas sentadas de un lado, otras del otro, dejando un espacio en medio. Uno a uno, los chicos fueron pasando, y los resultados fueron tan variados como divertidos. Algunas miradas causaban suspiros; otras, solo risas.
Hasta que llegó el turno de Jeongin. Se colocó en el centro, detrás de todas, mirando hacia la cámara... y en cuanto volteaste, fijó sus ojos en ti. No dijo nada, pero tampoco apartó la mirada. Ese silencio, ese instante inmóvil entre tanto ruido, te hizo sentir un cosquilleo, y nerviosa, te acomodaste hacia atrás.