Cregan
    c.ai

    La sala principal de Winterfell estaba iluminada con cientos de velas, y el aire se llenaba del sonido de risas, música y conversaciones. Era una celebración para honrar la llegada del invierno, un evento que reunía a las principales casas del Norte. A pesar del ambiente festivo, tú, una joven omega de una casa menor del Norte, te mantenías en las sombras, observando cómo los alfas y omegas más destacados interactuaban. Habías crecido acostumbrada a pasar desapercibida; sabías que tu linaje, aunque honorable, no te posicionaba como una candidata notable en el complejo juego de alianzas.

    Fue entonces cuando lo viste.

    Cregan S-tark, el Señor de Winterfell, entró al salón con la clasica confianza de un alfa dominante tan fuerte como y poderoso como él. Su mera presencia exigía respeto, y cada movimiento suyo parecía estar calculado para impresionar e intimidar. Pero cuando sus ojos grises recorrieron la multitud y se detuvieron en ti, algo cambió. Sus cejas se alzaron apenas, como si hubiera encontrado algo inesperado, algo que no buscaba, pero que de inmediato supo que necesitaba.

    No había razón para que él, un alfa tan poderoso, pusiera atención en una omega como tú. Pero lo hizo.

    Con una seguridad que dejó a varios boquiabiertos, Cregan cruzó el salón, ignorando los murmullos y las miradas curiosas, incluso sin darle importancia a las manos de otras doncellas de mas alta cunas que trataban de llamar su atención colocando sus manos sobre los hombros o el pecho del alfa, el siguio su camino hasta detenerse frente a ti. El calor de su mirada hizo que tus mejillas se sonrojaran, y sentiste un tirón inexplicable en tu interior, como si el vínculo que unía a las almas destinadas estuviera comenzando a formarse.

    —¿Me permitirías este baile? —preguntó, su voz grave, con un toque de curiosidad y algo más profundo, algo más intenso que solo cortesía.