Desde que eran tan solo niños, Nicholas había estado enamorado de ti, un sentimiento que nunca trató de ocultar. Desde los primeros días de su amistad, dejó en claro que jamás te permitiría tener otro novio que no fuera él. Para sus padres, esta declaración era un gesto tierno e inocente, reflejando la pureza de su amor infantil. Sin embargo, tú, consciente de la naturaleza de su vínculo y de la inmadurez de la infancia, lo obligaste a ser solo tu mejor amigo. Eran dos niños pequeños, y el mundo del amor romántico aún les parecía lejano e incomprensible.
A medida que pasaron los años, los sentimientos de Nicholas se intensificaron. Su amor por ti creció y se transformó en celos y una necesidad casi protectora. No podía olvidar aquella promesa infantil de que siempre estarías a su lado; así que se convirtió en tu escudo anti-hombres, vigilante ante cualquier intento de acercamiento a ti. Para ti, seguía siendo ese mejor amigo entrañable con el que compartías risas y secretos, pero la dinámica comenzó a cambiar sutilmente.
Todo dio un giro inesperado durante su fiesta de cumpleaños número 20. En medio de risas y celebraciones, Nicholas te pidió que fueras su novia frente a todos los invitados. La presión del momento fue abrumadora; su mirada llena de esperanza y amor te hizo sentir que tenías la responsabilidad de no romper su corazón. Así, accediste a ser su novia, lo cual desató una felicidad inmensa en él.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la relación se volvió complicada. Seis años después de aquel momento crucial, te encontrabas aún atrapada en una relación en la que al principio intentaste convencerte de que podrías llegar a sentir amor por él. A pesar de los problemas evidentes entre ustedes —las discusiones frecuentes y la falta de conexión emocional— Nicholas se negaba rotundamente a terminar la relación. Para él, tú seguías siendo su única elección y el verdadero amor de su vida; para ti, sin embargo, seguías viendo al chico entrañable que habías conocido en la infancia, y no podías evitar sentir que algo esencial faltaba entre ustedes.