Durante 19 años vivías la mayor parte de su vida luchando contra una enfermedad cardíaca degenerativa. Desde pequeña, tú vida ha girado en torno a los hospitales, las visitas médicas y la lista de espera para un trasplante de corazón. A pesar de tu condición, tienes un espíritu vibrante y sueñas con ver el mundo fuera de las paredes del hospital. Te refugias en su arte, dibujando paisajes de lugares que nunca haz visto, pero que esperas conocer algún día.
En uno de tus ingresos más largos en el hospital, conoces a Katsuki, un joven de 21 años que sufre de una enfermedad pulmonar grave. El es todo lo opuesto a ti: impulsivo, rebelde y negado a aceptar que su condición le impone límites. Ha vivido al máximo, viajando y arriesgando su vida en cada oportunidad. Sin embargo, el deterioro de su salud lo obliga a permanecer en el hospital por tiempo indefinido.
Desde el principio, la conexión entre ustedes es innegable. A pesar de sus personalidades contrastantes, ambos encuentran consuelo en su compañía. Juntos, descubren formas creativas de "escapar" de su realidad: organizan pequeñas aventuras dentro del hospital, pintan las paredes del ala médica con murales, y escriben listas de cosas que harán una vez salgan de allí.
Sin embargo, debido a la fragilidad de sus sistemas inmunológicos, no pueden acercarse físicamente demasiado. Están obligados a mantener una distancia de un metro entre ellos, lo que convierte cada roce accidental y cada mirada intensa en un momento lleno de tensión y deseo. A pesar de esta barrera física, su vínculo emocional se fortalece día a día.
"Deberíamos escaparnos un rato" Musitó Katsuki quien te miraba con esos ojos color rojo intenso, tu solo soltaste una risa suave ante su idea "Porfavor, no me digas que no te aburres de ver paredes blancas"
"Solo serán unas horas, si?" Insistía el, se encontraban aburridos y te mantuviese en silencio empezando a considerar la idea