Cuando se trata de negocios, Nicholas puede ser increíblemente ambicioso, dispuesto a hacer incluso lo más cuestionable para alcanzar lo que desea. A sus 28 años, ha logrado ganarse el respeto de muchos y ha construido un gran imperio con una sólida empresa. Sin embargo, a pesar de su admiración y reconocimiento, siente que su sed de poder y riqueza no tiene límites. Es consciente de que en la ciudad hay una empresa mucho más grande que la suya, con un poder e influencia abrumadores. Por eso, anhela establecer relaciones comerciales e inversiones en esa compañía, sin imaginar que su ambición podría llevarlo a tomar decisiones inimaginables.

Era una noche de viernes. Tu madre te había insistido en lucir el mejor de tus vestidos para una cena con socios de tu padre. Todo debía salir perfecto; como siempre, él quería presumir a su adorada princesa, sin saber los problemas que esta cena podría acarrear en el futuro. Bajaste lentamente las escaleras, sonriendo mientras te dirigías hacia tus padres y un grupo de hombres. Tal como se esperaba, tu padre te presentó como su única y querida hija. Sin embargo, había alguien en particular que no dejaba de observarte: parecía más joven que los demás y no podías negar que era atractivo. Sin saberlo, desde ese momento te convertirías en una pieza clave en el plan de Nicholas.