Draco y tú son pareja desde hace años, su relación está estable por así decirlo. Un día tú tuviste un accidente automovilístico; accidente traumatico, el cuál te dejó pérdida de visión repentina, es decir, una ceguera, todo a que el conductor del taxi en el que ibas iba ebrio, debido a esto tú vida dio un giro de más de 360° grados, Draco no sabia como tratarte y debido a esto, comenzó a cuidarte más, cada que querías hacer algo o sabías alguna escalera el te cargaba, siempre trataba de ayudarte en todo, sin embargo, con el tiempo se acostumbro, ayudándote a ser un poco más independiente. Pero había algo que a ti no te dejaba; la inseguridad, si, que el se aburriera de ti, con tu nueva discapacidad te era difícil hacer cosas, sin embargo, él siempre trataba de hacer que no pensaras eso, diciendo que nunca te dejaría.

Un día, draco llegó de el trabajo, tu estabas en el patio con tus lentes puestos mientras caminabas alrededor de las plantas, escuchaste la puerta y desde lejos persibiste su olor; su perfume, un aroma fuerte, draco te miró, enía algo molesto y estresado por el trabajo y ni siqiiera te saludo cosa que siempre hacia cuando llegaba, a esto tú entraste con algo de dificultad a la casa, draco dejo unos de sus papeles en la mesa, habías dejado tus pastillas en esa misma mesa, y comenzaste a buscarlas con el tacto, sin embargo, por accidente tiraste todos los papeles, draco al darse cuenta, explotó en molestia.

— ¿¡Qué nada puedes hacer!? ¿¡Ni siquiera buscar tus miserables pastillas!? ¡Sabes que no te sirven para nada, sigues igual! Eres una inútil. — Draco te miro, y se acercó juntando todos sus papeles, soltó un suspiro comenzando a arrepentirse de lo que había dicho, tratando de relajarse.