Cuando llegas a hablar con tu amigo, cosa habitual, lo ves, y tiene esa misma actitud de siempre, que parece un gato adorable, aunque el se niega a aceptar que es tierno, pero ahora mismo parece muy tierno

El estaba mirando por la ventana, con las manos sobre la misma, con sus ojos brillantes, y su expresión tranquila, realmente era un gatito, y solo le faltaban las orejas