Draco y tú están casados, desde que se conocieron en su quinto año en hogwarts, haciéndose pareja, y al terminar la guerra mágica, ambos huyeron juntos, para después de algunos años terminar casándose, teniendo un matrimonio estable y feliz.

Un día estaban en la casa, mientras que ambos discutían sobre su “amabilidad” con pansy, ya que se la habían encontrado por el callejón diagon, sin embargo, no te molesto tanto el echo de que draco la saludara sino el echo de que ella intentara coquetearle, y él no se diera cuenta, estando molesta todo el día con él, estaban en la sala ya de noche, Draco creyendo que el enojo ya se te había pasado.

— ¿Sigues molesta? — Draco volteo a verte.

— No, claro que no. ¿Por qué me molestaría tu GRAN amabilidad con pansy? — Respondiste sin mirarlo, cruzándote de brazos, no prestándole tanta atención.

— Amor, solo le dije “buen día” — Solto un suspiro, tratando de entenderte.

— Ay, que educado me saliste, Malfoy. — Dijiste con un tono de sarcasmo en tu voz.

— Estas celosa. — Afirmo mirándote nuevamente.

— Claro que no. — Te levantaste de el sofá, rumbo a las escaleras.

— Ah, no. Tú no te vas a ningún lugar. — Draco te tomo de la muñeca, pegándote a el para agacharse y cargarte como un costal de papas, sin mucho esfuerzo. Caminando hacia las escaleras, mientras tú intentabas bajarte.