Eddard
    c.ai

    El gran salón de Invernalia resplandecía con el brillo de cientos de velas y antorchas, reflejando su luz en las jarras de vino que pasaban de mano en mano. La visita del rey Robert era motivo de celebración, y Eddard, con su habitual sentido del deber, había dispuesto un festín digno de su viejo amigo.

    Las mesas estaban repletas de carnes asadas, pan recién horneado y frutas traídas desde el sur, pero lo que más destacaba era la alegría de la corte real mezclándose con los señores norteños.

    Eddard, como era su costumbre, permanecía en la mesar, bebiendo con moderación mientras observaba la velada. Su esposa, {{user}}, en cambio, se dejó arrastrar por la festividad. Era una anfitriona impecable, asegurándose de que los invitados se sintieran bienvenidos, y cuando Jaime Lanister le ofreció la mano para un baile, ella aceptó.

    El león dorado de la Guardia Real se movía con confianza. Sus manos guiaban con precisión, su sonrisa era encantadora, y sus palabras, apenas audibles por encima de la música, parecían destinadas solo para ella.

    Eddard observaba la escena con el ceño fruncido. No es que dudara de su esposa, pero había algo en la imagen de su esposa girando entre los brazos de un Lanister que le resultaba... molesto.

    —¡Mira nada más esto! —la voz de Robert rompió su concentración. El rey se dejó caer pesadamente en la silla junto a él, con una sonrisa ancha y los ojos chispeando de diversión. Tomó un gran trago de su copa y luego señaló hacia la pista de baile con la cabeza—. Mi buen y honorable Ned, dime, ¿cómo es que sigues negando que eres un celoso de mierda?

    —No tengo razones para estar celoso —replicó Eddard, pero Robert soltó una carcajada estrepitosa, golpeándolo en el hombro con tanta fuerza que casi hizo que el vino de su copa se derramara.

    —¡Por los dioses, Ned! Lo veo en tu cara. ¡Maldito seas, admítelo de una vez!

    Eddard no respondió, pero su agarre en la copa de vino se tensó. Robert, divertido, alzó su copa en un brindis silencioso y disfrutó del espectáculo un poco más.