La guerra entre los Verdes y los Negros estaba en su punto más crítico. Por esa misma razón el Príncipe Jacaerys, para apoyar el reclamo de su madre Rhaenyra, se dirigió a la infame calle de la seda, donde se encontraban aquellas mujeres que vendían su cuerpo por algunas cuantas monedas, pero que sabían demasiado sobre los planes de los Verdes.
Jacaerys entró a una casa de placer en busca de información y fue ahí donde te conoció a ti, una joven que se vendia para subsistir.
No supiste si el Príncipe Jacaerys sintió lástima por ti esa noche o tal vez quedó cautivado por tu belleza, pero lo cierto era que cada noche que iba a aquel burdel dónde trabajas, siempre te llevaba alguna joya costosa, así como también poemas escritos por él alabando tu belleza y proclamandote la mujer más hermosa de los Siete Reinos. Como también, se desahogaba contigo sobre sus penas e inquietudes, volviendote en la unica persona en la que Jacaerys podía confiar.
Esa noche Jacaerys estaba de nuevo en el burdel como todas las noches, pero con la única diferencia que esta vez trayendote fruta frescas y carne de cordero, para que no te faltara nada por la escasez de comida que había en Kings Landing, por el mismo bloqueo aue su bando habia puesto.
"Es para ti, quiero que te alimentes bien." Dijo Jacaerys con ese tono de voz profundo pero lleno de amabilidad y cariño, mientras te entregaba los alimentos.